Furtivamente observo su boca con lascivia
sin embargo,
un legendario e inexplicable puente
separaba los caminos,
sin esperanza a que el destino
se antoje de unirlos.
Dentro suyo,
un shock provocó un abismo en la oscuridad.
Callo en la cuenta,
de que luego de tanto tiempo
todo lo que sabia de ella era un engaño.
Jamás el tiempo se había tomado,
para descubrir lo que en aquel cuerpo
la experiencia había marcado.
Los sentidos se afinaron con afán
de percibir el cien por ciento
los rincones de aquella turbia personalidad.
Su rostro en sus huellas
anunciaban un sentimiento criminal
contra el sufrimiento que le deparo la humanidad.
Sus ojos una milenaria antigüedad,
secretos que solo el viento
se anima a susurrar.
La piel, marcada por mapas,
de exploradores que no volvieron mas.
Tan altiva, inalcanzable, tan soñada,
e intocable.
Tan seria y arrogante,
jamás seré en tu barco,
mas que un simple tripulante más.
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