La piel fue tinta,
las sabanas papel,
los cuerpos las plumas,
que dejaron en el hoy
lo que fue ayer.
Somos quienes escribieron
una historia,
para enseñar a querer.
Mostrando que la pasión
A veces sabe saciar la sed.
EL fuego es eterno,
cuando el alimento se renueva;
el agua nos detesta ,
no puede apagar ,
lo que en el ambiente se genera.
Aquellas personas opinan
y no saben manejar ni sus propias vidas.
Sobreviven con cócteles,
de licores, de pastillas,
de palabras que lastiman a esa gente
que hoy tienen como compañía.
Los sordos seremos nosotros
a la hora de escuchar,
el veneno y la envidia
que muchos quieran aportar.
Después de todo,
en mi mundo sólo existe
el recuerdo de tu voz
y el olvido de estar triste.