Un paisaje,
un amor,
el mar de testigo de esta pasión.
Un incendio,
un fuego brotó
del rose de nuestros cuerpos
que intentaban robar
el fruto prohibido,
que en nuestro arbol creció.
La marea bajó,
y aquella mañana
quede en pleno desconcierto
abstraido y retrocediendo
para recordar aquel momento
en el que el cielo
desaparecio en la plenitud de tu cuerpo.
Aaaaaaaaaaay Iña,qué lindo!.
ResponderEliminarSé feliz!!!!!!