Es tan facil aconsejar,
cuando no es uno,
el que a su vida
un rumbo debe dar.
Sencillo suele ser
hablar de la importancia.
Usar esa metáfora
que hable de un tren
que una vez que arranca
nunca más va a volver.
Uno siempre obsesionado,
buscando la buena vida,
en ausencia de una guía
que dirija los pasos,
a un puerto que desde siempre
utópico hemos soñado.
Y llegué a este momento
en que ante un hall
lleno de puertas
me encuentro.
Cada uno con un laberinto
y un par de zapatos,
con los cuales transitar
caminos distintos.
Hoy me toca decidir,
enfrentar y borrar de mi diccionario
al verbo ``arrepentir ´´.
No mirar atrás,
es el primer paso para comenzar a madurar.
Y así, sea cual sea el destino,
en mi vivir haya entendido
que lo que importa es el camino
y es eso lo que nos llevamos,
al otro mundo cuando morimos.